un análisis hyperdetallado de L.O.V.E. de SOPHIE


fecha: 14 de julio 2024

de todas las canciones en el compilado de PRODUCT (2015), L.O.V.E de SOPHIE, es el tema que más me obsesiona. no es necesariamente el que más me gusta -el impacto cultural de BIPP está bien atribuido a su estupenda calidad como canción de pop y parte de la esencia de PC Music-, pero es el que, cuando escucho, no puedo dejar de sentir todo. cada sonido, detalle, me está contando una historia, una idea. esta primera entrada en la sección de música y en el sitio web en general es para compartir mi interpretación de L.O.V.E. que ya he realizado en conversaciones con amigos a las 2 a.m. esperando a que venga el 92 después de un recital pensando que locura que SOPHIE abrió un recital con esta canción.

L.O.V.E. es un comentario musical sobre, como indica su título, el amor. lo interesante es cómo SOPHIE proyecta el amor, cómo es, qué es. el tema arranca con el sonido de una frecuencia tan aguda que remite a la experiencia del taladro de un dentista haciendote una limpieza. es hostil, penetrante, irritante e intolerable. no es absolutamente como alguien se imaginaría que comienza una canción de pop, mucho menos una de amor -tema recurrente en el género-. encima es persistente. son unos veinte segundos así para que pause y retome el ruido, ahora con unos sintetizadores que te generan una sensación de vacio mientras el taladro del dentista sigue. ¿cómo es esto el amor? ¿cómo es una limpieza bucal algo que alguien escucharía para reflejar su amor?

después vienen las únicas palabras dentro de la canción, que se repiten ocasionalmente sobre la misma base de la frecuencia. el deletreo de la palabra "LOVE", cada letra con un eco que hace que se repita cuatro veces antes de ir a la siguiente letra. cuando termina de deletrear la palabra, hay un grito sampleado que retoma el loop. la forma en la cual se muestra da una sensación onírica, un llamado distante. entre esas voces y el sintetizador de fondo pareciese que estamos ubicados en un vacío oscuro donde solo están los ecos de un más allá que nos habla con el vago mensaje de L.O.V.E. pero lo que nos llega es una frecuencia tortuosa. y despues solo el eco. y después solo el taladro.

así, en los primeros dos minutos de la canción, SOPHIE establece una primera subversión del amor en el pop al utilizar recursos sonoros y musicales que muestran al amor como el sonido más irritante y doloroso y extenso del mundo, perforando el oido -francamente poco recomendable de escuchar con auriculares-. el amor es una palabra que se repite en un vacío desolado, simultáneamente se siente aislado y en el medio de una frecuencia intolerable. como canción, se siente super hostil e inaccesible para voluntariamente querer escuchar solo un ruido agudo.

y de la nada, suena la melodía más bonita que podrías escuchar.

son unas notas tocadas en un piano, con un sonido agudo y lúdico sobre la base de un sintetizador que suena como un xilofón, en perfecta armonía cómo lo único que suena. una melodía que se siente dulce, ligeramente empalagosa como ser niñx y tirarle azucar a las tostadas con manteca, pero en una forma que se sigue sintiendo absolutamente digital. como una pequeña lucesita que irrumpe entre la neblina anterior, que calienta y no quema. una progresión indiscutiblemente SOPHIE -como la que podemos encontrar en la ya mencionada BIPP, la genialidad de Immaterial o la más elusiva B Who I Want 2 B [escuchar en velocidad 1.75]-, que muestra una y otra vez como ella entendía la forma en la cual el pop generaba sensaciones genuinas. el calor en la máquina, la luz en el eco. una melodía que refleja inocencia -ta chikita en su agudeza- y energía; es la personificación musical del momento del enamoramiento. una melodía que no dura más de tres segundos pero se repite cuatro veces para volver a ser interrumpida por el sample de "JUMP!" y vuelta al universo del taladro, la cámara vacía y el eco del L.L.L.L.O.O.O.O.V.V.V.V.E.E.E.E.

el saber que existía esa melodía hizo que en unas primeras escuchas la canción tuviese sentido de escuchar, me encontraba esperando durante los primeros minutos de ruido solo para poder tener el sabor de esa melodía. a medida que escuchaba más y más el tema, me daba cuenta que los sonidos anteriores, por hostiles que sean, tenían un rol fundante en establecer el contraste de la "recompensa" que era la melodía del medio, como una luciernaga en el medio del tunel. hacía que la experiencia valiese la pena. y ahí entendí.

en esta canción, SOPHIE construye una canción que no habla del amor hacia algo o alguien, sino las experiencias del amor como concepto, y arranca por lo más visceralmente tortuoso, incomodo e incomprensible que puede resultar. el taladro del dentista, la repetición omniosa del A.M.O.R. que hace su presencia se siente colosal, lejana y desoladora, todo te invita en seguida a irte, a quedarte en la comodidad de no escuchar. el amor, dice SOPHIE entre sintetizadores, es una experiencia aterradora en su desconocimiento, que desarma y desola en tanto camino nuevo. es borroso, es dificil ver, todo es incomodo y sigue repitien- y de la nada, están esos momentos incomprensibles pero ligeros, simples, bellos, lúdicos, como caminar sobre nubes. duran un momento pero hacen que tengas que volver.

la canción termina como empieza, taladro de dentista, sintetizadores que te hacen sentir en el tunel de un desague, después solo la frecuencia. SOPHIE no va a dejar que te olvides que en el amor hay, más que nada, un desafío y una voluntad de adentrarte dentro de un espacio desconocido e incómodo, que se encuentra en eterno diálogo con los momentos melódicos. y lo hace en una canción de tres minutos y medio, anteúltimo tema del album

la revista musical STEREOGUM, ha definido a L.O.V.E. como una experiencia poco grata de escuchar, como un "limpiador de paladar" de puro ruido blanco en plena oscuridad, con solo algunos momentos de descanso. cuando yo escucho L.O.V.E. escucho todo eso, pero no puedo evitar quedar sin aliento ante la inmensidad del concepto de amor que construye SOPHIE. se siente colosal y omnipresente, se siente simple y embriagador, se siente como una experiencia inestable que, sin embargo, te lleva una y otra vez a atravesarlo en el tiempo; digno de SOPHIE, incluso uno de sus temas "menos escuchables" es la construcción curada de lo trascendental.

SOPHIE creó uno de los sonidos más hostiles posibles y lo conviritió en una canción de amor. si hubiese estado en ese recital donde abrió con esta canción y, según cuentan los espectadores, podías sentir el piso temblar con los ecos de L.L.L.L.O.O.O.O.V.V.V.V.E.E.E.E., creo que me habría vuelto un poco demente.